Friday, September 4, 2009

Azrael & Abaddon

We are the future, wretched spawn of Hell. Broken images of angels sweet, that in Heaven’s cry. Heather cries in Heaven tonight, Luna has gone missing in the stars, all Saints have flee from here. All  Hell is set loose on this cold night. Azrael, oh mercyful angel of Death! Why hast thou forsaken me? Why, oh angel, have you passed me by? Why? Am I not worthy of your sweetest kiss?

This is my burden to bare. To be Abaddon, to behold Abaddon as mayhem is set loose on the hearts and minds of this wretched Earth. Forever condemned to watch Love sail into the other side, forever withering in this waning shores. Wasted shores by centuries of tears and blood. Oh, angels from above, why can’t I cry with you? But we are nothing but Eden’s hewn, and our funeral has been set at our dying feet. We have no strength left, no love left, no hope left. We are dead! Heather cries, and oh, I just want to embrace her shadow self, caress her and let her tears flow far away into the Stygian river. But I can’t, I cannot fly, and the only words to escape my fingers are locked in this empty pages of a bloody diary. There are tears in Heaven, but Hell is dry.

Y malditas sean las musas que me abandonan en esta noche triste, que jugando con la luna se van, dejándome con mi tristeza y mi corazón destrozado. Malditas sean las musas que no permiten que te vayas de mis pensamientos más sinceros y devastadores. Malditas sean por mantenerte prisionera en mi lujuria, en mi amor, en mis deseos, en mi libertad. Malditas sean por no dejarme volar a tu lado en la noche cruel, que congela los amantes corazones en su fría niebla de olvido. Oh, ángel exterminador, te ofrezco esta noche mi corazón. Arrancalo latiente de mi pecho inflamado y enfermo. Tómalo con desgarradora fuerza y llevaselo a aquella mujer que llora ampliamente su tristeza. Ángel de la muerte, consedeme tu más dulce favor, tóma mis ojos aún sabios y cansados y seca todas las lagrimas del mar. Ángeles infernales, dioses del más allá, maestros titiriteros de nuestras más oscuras realidades, cortad los hilos ya! Dejednos desplomarnos ya sin vida en este teatro de tragedias, dejad que la vida se nos escape en un beso, en un suspiro, en sueño letargico de amantes eternos! Dejadme morir por ella, para que nunca más deba llorar. Dejadme ser uno de vosotros, dejadme ser un ángel oscuro, un caido, condenado por siempre a deambular la vida por el camino de Caín. Dejadme ser uno de los malditos, uno de los muertos, que conseden al morir más vida y sueños de las que jamás corrieron por sus venas.

Angeles infernales, tomad mi cuerpo deshecho, tomad mi alma y llevadle mi corazón a aquella mujer que con lagrimas empaña su hermosura. Pero que digo, empaña. Si las lagrimas y la tristeza nunca han hecho más que hacer terriblemente hermoso tan dulce rostro. Si las lagrimas no son que el más cruel de todos tus adornos, oh belleza. Decidme, que sería de ti, si no fuese por ellas? Cuantos poetas habrían ya dejado de suspirar? Peri mi cruel diosa, dejad tu mas bella caricia para otra noche. Pues es tal el vacío en mi corazón, que el tan sólo imaginar lagrimas de cristal en el rostro de un ángel más bello que tú, hace que mis venas abiertas expulsen en exquisitos torrentes mi vida entera.

[Via http://ashphoenix.wordpress.com]

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